TAREA MARTES 06/10/2020
CIENCIAS NATURALES:
Hoy hemos seguido ampliando conocimientos sobre las células, recordando que son capaces de realizar las tres funciones vitales que ya conocemos: la de nutrición, de relación y de reproducción. Además, hemos aprendido cómo son y para qué se utilizan los microscopios.
🚩Tarea para el martes 13/10/2020:
- Resumir pág. 12 "Las funciones vitales de las células" y dibujos de la misma página. Hacer las act. de Trabaja con la imagen.
- Hacer resumen de la pág. 13 y dibujar o buscar una foto de un microscopio señalando sus partes.
LENGUA:
Qué importante es conocer nuestra propia habla andaluza y a uno de los mejores poetas españoles, nacido en Sevilla. Antonio Machado ha sido el enlace y conexión de la clase de hoy; hemos leído y escuchado algunos de sus poemas a la voz de la maestra y del gran cantautor Joan Manuel Serrat. También hemos repasado y hecho actividades interactivas de la sílaba.
🚩Tarea para el jueves 08/10/2020:
- Copiar en el cuaderno la teoría sobre la sílaba ( pág. 18)
- Act. 4 y 6 (pág. 18 y 19)
- Busca un poema de Antonio Machado, léelo y escribe en los comentarios el título. 👍👍 ¡¡PUNTO CLASSDOJO!!
🎁🎁¡Y de regalo al gran Serrat cantándole a Machado! 🎁🎁
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ResponderEliminar"Anoche cuando dormía"
ResponderEliminarUno de los mejores poemas en memorizar.
Anoche cuando dormía
ResponderEliminarsoñé ¡bendita ilusión!
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Dí: ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
en donde nunca bebí?
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.
A. Machado.
¡Gracias, Miguel! ��������
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ResponderEliminar"ENTRE EL VIVIR Y EL SOÑAR"
ResponderEliminarUna poesía para reflexionar.
Entre el vivir y el soñar
Eliminarhay una tercera cosa.
Adivínala.
Tras el vivir y el soñar,
está lo que más importa:
despertar.
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ResponderEliminarOrillas del Duero
ResponderEliminar¡Primavera soriana, primavera
Eliminarhumilde, como el sueño de un bendito,
de un pobre caminante que durmiera
de cansancio en un páramo infinito!
¡Campillo amarillento,
como tosco sayal de campesina,
pradera de velludo polvoriento
donde pace la escuálida merina!
¡Aquellos diminutos peguajales
de tierra dura y fría,
donde apuntan centenos y trigales
que el pan moreno nos darán un día!
Y otra vez roca y roca, pedregales
desnudos y pelados serrijones,
la tierra de las águilas caudales,
malezas y jarales,
hierbas monteses, zarzas y cambrones.
¡Oh tierra ingrata y fuerte, tierra mía!
¡Castilla, tus decrépitas ciudades!
¡La agria melancolía
que puebla tus sombrías soledades!
¡Castilla varonil, adusta tierra,
Castilla del desdén contra la suerte,
Castilla del dolor y de la guerra,
tierra inmortal, Castilla de la muerte!
Era una tarde, cuando el campo huía
del sol, y en el asombro del planeta,
como un globo morado aparecía
la hermosa luna, amada del poeta.
En el cárdeno cielo violeta
alguna clara estrella fulguraba.
El aire ensombrecido
oreaba mis sienes, y acercaba
el murmullo del agua hasta mi oído.
Entre cerros de plomo y de ceniza
manchados de roídos encinares
y entre calvas roquedas de caliza,
iba a embestir los ocho tajamares
del puente el padre río,
que surca de Castilla el yermo frío.
¡Oh Duero, tu agua corre
y correrá mientras las nieves blancas
de enero el sol de mayo
haga fluir por hoces y barrancas,
mientras tengan las sierras su turbante
de nieve y de tormenta,
y brille el olifante
del sol, tras de la nube cenicienta!…
¿Y el viejo romancero
fue el sueño de un juglar junto a tu orilla?
¿Acaso como tú y por siempre, Duero,
irá corriendo hacia la mar Castilla?
"Retrato" para mi uno de los mejores poemas
ResponderEliminarMi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
Eliminary un huerto claro donde madura1 el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara, ni un BradomínN he sido
—ya conocéis mi torpe2 aliño3 indumentario4—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial5 sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites6 de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar7.
Desdeño las romanzas8 de los tenores huecos
y el coro de los grillos9 que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera10,
no por el docto oficio11 del forjador12 preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática13 con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; me debéis cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago14.
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar15,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
No puedo ponerte el punto en ClassDojo porque no te has identificado con tu nombre.
EliminarHorizonte poesia
ResponderEliminarEn una tarde clara y amplia como el hastío,
Eliminarcuando su lanza blande el tórrido verano,
copiaban el fantasma de un grave sueño mío
mil sombras en teoría, enhiestas sobre el llano.
La gloria del ocaso era un purpúreo espejo,
era un cristal de llamas, que al infinito viejo
iba arrojando el grave soñar en la llanura...
Y yo sentí la espuela sonora de mi paso
repercutir lejana en el sangriento ocaso,
y más allá, la alegre canción de un alba pura.
Caminante
ResponderEliminarCaminante, son tus huellas
Eliminarel camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
No puedo ponerte el punto en ClassDojo porque no te has identificado con tu nombre.
EliminarCaminate
ResponderEliminarParábolas
ResponderEliminarEra un niño que soñaba
Eliminarun caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía...
¡Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!
Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado
y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!
No puedo ponerte el punto en ClassDojo porque no te has identificado con tu nombre.
EliminarParábolas
ResponderEliminarOrillas del Duero y
ResponderEliminarCaminante, hace camino al andar.......
Míralas en comentarios anteriores.
EliminarPara mí Caminante es uno de los más bellos poemas que existen.
Entre el vivir y el soñar
ResponderEliminarMíralo en un comentario anterior.
EliminarPreciosa, ¡vive y sueña bien despierta!
A un olmo seco
ResponderEliminarAl olmo viejo, hendido por el rayo
ResponderEliminary en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
maestra yo he hecho lo de la novela
ResponderEliminarMuy bien, Irene. En clase me lees el resumen.
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